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Rafael Álvarez Castillo: “Atlas que soportaste el peso del mundo y a la vez creciste con el trabajo que salió de tus manos”

  • Perfil humanista de un académico que gravita más allá de su partida.

Por: Benito Antonio y Emmanuel Aquino Alvarado

Cuando la patria de Duarte, Sánchez y Mella conmemoraba su aniversario número 114 de su independencia (recordando aquella noche memorable del 27 de febrero del 1844, un mes después, en el que los dominicanos nos llenaríamos de gloria, se libró la batalla del 19 de marzo de 1844, en Azua, donde una fuerza de 2.500 soldados dominicanos, una parte del ejército del sur, dirigidos por el general Pedro Santana, derrotaron a 10.000 soldados del ejército haitiano encabezados por el general Souffrand), en la ciudad del Macorís del Jayael, como lo definiera el bien recordado periodista y patriota francomacorisano Ramón Alberto Ferreras (el chino Ferreira), se sobraban las razones para celebrar, San Francisco de Macorís, a lo largo de su historia siempre ha estado presente al servicio de la Patria, luchando con arrojo, por las mejores causas de la nación.

En los albores de estos onomásticos nacionalistas, el 19 de marzo del 1958 (aunque el documento oficial señala que fue el 18 de abril del 1958), en esta significativa fecha que coincidió con la conmemoración de un nuevo aniversario de esta gesta patriótica, en el seno de una familia de extracto humilde y trabajadora, la alegría hizo acto de presencia en medio de las carencias económicas latentes, había nacido un niño al que sus padres Cesar Álvarez Acosta y Dolores Castillo Salcedo, dieron de nombre Rafael; pequeño al que criaron con todo el buen cuidado familiar. El inquieto Rafael, llegó al mundo imbuido por el espíritu revolucionario en sus venas, con el “yo” como centro espiritual de la personalidad, de la individualidad humana, que mantiene una actitud activa hacia el mundo y hacia sí misma.

Así fue creciendo el inmenso Rafael, cultivando valores importantes que luego, con los años, serían su hoja de presentación frente a los acontecimientos y las oportunidades que le depararía la vida en el porvenir, asistiendo más tarde al encuentro con el pensamiento Martiniano en la educación por más de 40 años.

En el año 1968 ingresó, con apenas diez años de edad, como aprendiz de zapatería de banco en el taller de Concepción Núñez, ubicado en la calle Cristino Zeno, Casi esquina Papi Olivier, bajo las orientaciones del operario Tití de la Rosa y su ayudante Leo García (el Gordo). Dos Años después, su padre Cesar Álvarez Acosta lo llevó a la Cooperativa de Calzado, mejor conocida como Cooproca, en la calle Salomé Ureña esquina San Francisco, a laborar con el maestro Ángel Paulino (Villa) y sus ayudantes, entre ellos Juan Tejada (Juancito el zancú), desaparecido durante los gobiernos bonapartistas de los doce años que encabezó el nefasto Dr. Joaquín Balaguer; de los cuales afirmaba que guardaba recuerdos imperecederos.

El primero que llegó a la dirección del hoy Recinto Universitario, habiendo compartido la condición de obrero y líder sindical, sin duda alguna, obedece al nombre de Rafael Álvarez Castillo. Desde muy temprana edad demostró gran interés por el trabajo gremial y la participación en los movimientos sindicales, ingresando al movimiento estudiantil en 1972, con apenas 14 años. En 1974, deja formado el Club Gregorio García Castro, en la parte noroccidental del barrio Pueblo Nuevo, junto a Radhames Polanco, Juan Vargas Lima y Secundino de León. En 1977, ingresa al club cultural y deportivo Dr. Heriberto Pieter de Las Guazumas, del que luego sería su presidente. Su ardua experiencia como dirigente clubístico y su acrisolada honradez se constituyeron en el referente indicado, para que la Asociación de Clubes de la Provincia Duarte, lo eligiera como su Secretario de Finanzas en 1980.

Como el apóstol Martí, Rafael asumió y enriqueció el inmenso saber filosófico, a través de la lectura y elevó a la escala superior el pensamiento. La vida le presentó al inmenso Rafael, la prueba de seguir estudiando o ser obrero, ya que inició en septiembre de 1977 el primer grado del bachillerato, en el Liceo Fray Cipriano de Utrera de la ciudad de Santo Domingo, hoy se llama Panamá, y a final de diciembre no había recibido más de cinco clases debido a los apagones y a que cuando había energía eléctrica, después de la segunda o tercera hora, se decretaba “movilización contra los apagones y la represión”. El 24 de diciembre del ´77, regresa a San Francisco de Macorís, al contarle algunas amigas lo que le había pasado con la falta de docencia, estas lo motivaron a quedarse en esta ciudad y se comprometieron a ayudarle a copiar la clase del cuatrimestre que terminaba en enero, así lo hicieron y logró terminar el bachillerato en tres años.

En febrero del 1978, inició trabajo como operario en Calzado La Macorisana, propiedad de cinco antiguos socios de COOPROCA, Luís Safadí, Luís Domínguez, José Antonio, Pablo Gómez y José Morel; donde estuvo laborando hasta que el primero de septiembre de 1980 fue designado como profesor en el Liceo La Peña, actual Pedro Francisco Bonó, dejando la zapatería en un momento en que se ganaba entre 40 y 60 pesos semanal para viajar tres días a la comunidad de La Peña donde ganaría 70 pesos cada mes (58 tras los descuentos…). Sus vínculos con la Educación Superior se inician en 1980, cuando ingresa al Centro Universitario Regional del Nordeste (CURNE) a estudiar la Licenciatura en Educación, mención Ciencias Sociales. Impartió docencia como Profesor en el Liceo Ercilia Pepín Matutino y fue Subdirector de la Escuela Josefa A. Perdomo.

En 1981, sus inquietudes gremiales las extrapola en favor de sus compañeros laborales, y es elegido en una plancha que encabezó el Profesor Ángel Mendoza, liderada por Roberto Santos, como miembro del Comité Municipal de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP). Ya en la ADP, permaneció por dieciséis años, ocupando diferentes cargos, incluyendo la Secretaría General Municipal, el Comité Ejecutivo Provincial y el Comité Ejecutivo Nacional, este último por dos períodos: 1993-1995 y 1995-1997.

Para 1984, pasa a ser miembro del consejo ejecutivo del CURNE. En 1985, sus grandes méritos le valen para viajar a Rusia, en calidad de delegado de la juventud dominicana, al Décimo Segundo Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, “Moscú 85”. En ese mismo año participa en Cuba como delegado de la juventud dominicana al encuentro juvenil y estudiantil por el no pago a la deuda externa. En 1986, obtiene el título de Licenciado en Educación Mención Ciencias Sociales en el CURNE. Álvarez Castillo, fue miembro fundador de la Comisión Duarte de los Derechos Humanos y, en 1988, fue su relacionista público.

En 1989, concluye sus estudios del postgrado, alcanzando los grados de especialista y magíster en Educación, mención Ciencias Sociales en el Centro Universitario Regional de Santiago (CURSA), hoy UASD Recinto Santiago. En ese mismo año, gana el concurso para ocupar la plaza de ayudante de profesor de la Cátedra de Teoría Pedagógica en el CURNE. Más adelante tuvo una ardua participación durante todo el proceso de elaboración del plan Decenal de Educación y la Transformación Curricular, formando parte de la Comisión de redacción de la propuesta final de los programas de Ciencias Sociales.

Desde su posición de gremialista, reunió, en 1990, a todos los gremios existente en la ciudad de El Jaya a fin de exigir, ante el entonces presidente Joaquín Balaguer, que los apartamentos construidos en el proyecto habitacional Los Rieles fuercen distribuidos equitativamente entre la población de trabajadores y no entre los balagueristas que pretendían apropiarse de esos bienes del Estado en favor de los acólitos de Balaguer. Bajo la dirección de Álvarez Castillo se consiguió que, prácticamente, el 50% de toda la primera etapa, del referido proyecto, fuese entregado a profesores preuniversitarios, enfermeras, bioanalistas, médicos, empleados del centro local de la UASD, periodistas, entre otros trabajadores agremiados.

La gran capacidad intelectual de Rafael Álvarez Castillo, y su membresía en el Comité Ejecutivo Nacional de la ADP, le llevaron a ser partícipe de los debates que parieron la actual Ley General de Educación 66-97. Además, Rafael fue el proponente de la creación del Instituto Nacional de Bienestar Magisterial (INABIMA), planteando pensiones para los docentes preuniversitarios del 100%. Rafael también participó en el área de modernización de la Educación Dominicana en el pasado Plan Decenas de los finales del siglo XX.

En el año 1991, es evaluado y promovido a profesor de la cátedra de Teoría Pedagógica en el Centro Universitario Regional de Nagua (CURNA). En 1994, es designado como coordinador del programa UASD-BID-SEEBAC en el CURNA. Además, viaja a Puerto Rico, Cuba, Haití y Venezuela, donde participa en congresos y seminarios sobre diversos temas educativos. Ese mismo año, gana el concurso de oposición en la UASD, para ayudante de profesor de la Cátedra de Historia Dominicana. Durante el período 1996-2002, se desempeña como miembro del Consejo Ejecutivo del CURNA. En el año 2000, es evaluado y promovido como profesor de la Cátedra de Historia Dominicana de la cual fue profesor adjunto.

El avance meteórico como académico en la UASD, iniciado con su ingreso a esta institución en 1980, se afianza cuando es elegido en el período 2000-2002 como presidente de la Asociación de Profesores del Centro Universitario Regional del Nordeste (ASOPROCURNE).

Rafael inicia en el ámbito de la comunicación en 1993, con la creación del programa radial Orientación Educativa, difundido por Radio Taina los domingos de 7:30 A.M. a 8:00 A.M. En el 2000, inicia como coproductor del programa televisivo el “Médico y el Profesor” en compañía del Dr. José Polanco, difundido los sábados de 9:00 P.M. a 10:00 P.M. por el desaparecido Circuito Arcoíris de Televisión, canal 49.

Álvarez Castillo, el hijo de Doña Nina, fue coordinador regional de los cursos monográficos de la carrera de pedagogía; miembro de la sociedad de bibliófilos de la República Dominicana; Coordinador del Comité de Solidaridad con Cuba, y miembro de la Fundación Caamaño.

A nivel internacional, participó en el seminario: Educación y Derechos Humanos en la República del Salvador.

La dilatada experiencia gremial y académica de Rafael Álvarez Castillo queda ratificada en su rol de conferencista, articulista de periódico, de revistas, y con la realización de varias investigaciones sobre temas sociales, aportes a la teoría pedagógica y en proyectos de investigación, sociales y educativos, que dejó en proceso de publicación.

Álvarez Castillo, ocupó las funciones de director del otrora CURNE en el período 2008-2011, por igual, la Dirección General del Recinto UASD-SFM para el trienio 2011-2014. Rafael fue el primer director elegido, luego de que el CURNE alcanzara la categoría de Recinto. Además, se debe a él su designación como tal. Fue miembro del Consejo Universitario de la UASD y presidente del Consejo Directivo del recinto UASD-SFM. Fue coordinador de las cátedras de Historia Social Dominicana en la UASD-SFM, desde el año 2014 hasta el 2022, hasta que por Resolución Número 2022-02, de fecha 07/06/2022, del Comité del Plan de Retiro (mandato número 2022-139 de fecha 25/05/2022 efectiva desde el primero de agosto del 2022) se le otorga su jubilación como profesor, después de 43 años de vida académica. Tras su jubilación, Rafael Álvarez Castillo deja sus mejores frutos a la comunidad universitaria (y a la sociedad dominicana en sentido general) a través de las Escuelas: de Historia y Antropología, de la Facultad de Humanidades, y, de Teoría y Gestión Educativa, de la Facultad de Ciencias de la Educación. Como dijo José Martí (cita que se ajusta en la distinción que merece el maestro Rafael Álvarez Castillo): “Fuiste Atlas que soportó el peso del mundo y a la vez creciste con el trabajo que salió de sus manos”.

Dentro de los pendientes perennes del gran Álvarez Castillo quedan sus estudios doctorales en el área de Educación, mismo que inició por ante la Universidad de Ciencias Pedagógicas, Enrique José Varona, de Cuba; programa que no pudo concluir por razones de salud.

Rafael Álvarez Castillo fue, además, un miembro destacado, y cuadro revolucionario, de la Fuerza de la Revolución, entidad política marxista-leninista de izquierda en la que, por décadas, militó y formó parte, hasta su deceso, de su Dirección Nacional y Comité Político.

El martes 2 de mayo de 2023, cuando el sol despuntaba el alba, la vida del maestro y revolucionario Rafael Álvarez Castillo se apagó. Como un rayo veloz, las nubes del alba presagiaron aquella mañana la llegada inesperada del dolor y la pena colectiva, no comprendiendo aún su abandono terrenal y llorando sin parar; como parafraseando al poeta René del Risco Bermúdez: “Así tan sencillamente, / se muere la gente, / como quien se va”.

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