(Primera Parte)
Por: Jochy Cruz
A penas 20 días de proclamada la Independencia Nacional del 27 de Febrero del 1844 inician una serie de enfrentamientos bélicos en territorio dominicano encabezados por el general haitiano Charles Hérard quien organiza un ejército de un gran número de soldados (Se estima que eran unos 30,000) con el fin de reponer el control haitiano en la recién nacida República Dominicana de Duarte, Sánchez, Mella, María Trinidad Sánchez, Concepción Bona y otros tantos patriotas que derramaron sudor y sangre para ver libre del dominio extranjero su tierra amada.
Hérard dividió sus fuerzas en dos frentes en su intento por dejar sin efecto la independencia de los dominicanos.
Al noroeste envió tropas dirigidas por el general Jean Lois Pierrot con la misión de avanzar hasta llegar a Santiago de los Caballeros y posteriormente continuar a Santo Domingo para completar la toma de la República.
Por el sur el propio general Hérard encabeza el ejército haitiano e inicia su avance atravesando la frontera y es el 19 de marzo de 1844 en Azua cuando se enfrenta a las tropas dominicanas dirigidas por el general Pedro Santana quien había reunido un ejército de no más de 1500 hombres que resistieron durante horas y luego se retirasen a Bani logrando detener las tropas haitianas.
Este es el inicio de una serie de acontecimientos que se trasladaron a otras fechas y lugares que en otro momento continuaremos.
Hasta aquí esta parte de la historia tiene una connotación más allá del hecho de ser la primera, es la acción que dotó a Pedro Santana de un nivel de poder que más adelante fuese utilizado en contra de los mejores intereses de nuestra independencia.
Aun contando con su capacidad militar incuestionable desde mi óptica los trinitarios conociendo la procedencia ideológica de Santana debieron tomar las medidas que llevaran a alejarlo del poder que pudiese poner en peligro la sana intención de los trinitarios de forjar una nacionalidad propia y mantener los ideales de libertad.
Y es que debemos recordar los orígenes de este personaje, del sector hatero del Este de nuestra isla, de una clase acomodada que no estaba en la disposición de renunciar a sus acostumbradas comodidades ni confiaba en la fortaleza de una independencia capaz de salir adelante poseer la consistencia necesaria para sobrevivir entre la jauría de hombres ambiciosos que tenían sus propios proyectos y que solo les unía a los trinitarios la urgencia inmediata de sacar de nuestro espacio al invasor haitiano para luego por su propio medio ir en busca de sus sueños anexionistas a diferentes potencias extranjeras.
Continuará!!!
José Ariel Cruz
El autor es Licenciado en Educación, Mención Ciencias Sociales, Egresado de la Universidad Autónoma de Santo Domingo -UASD- en su Recinto San Francisco de Macorís.
